Kyosho 396 - primavera 2021
Comentarios iniciales por Yamada Ryôun
La mente es Montañas, Ríos, la gran Tierra, y Sol, Luna, Estrellas
"Ha quedado perfectamente claro: la mente son montañas, ríos, la gran tierra, y sol, luna, estrellas". Estas son las famosas palabras del Maestro Dôgen que aparecen en la Parte 5: La misma mente es Buda, en su Shôbôgenzô. Estas palabras también fueron la ocasión para que Koun Roshi tuviera una gran iluminación. Derivan de una fuente, como el propio Maestro Dôgen escribe en el Shôbôgenzô: "Una antigua Virtud dijo: '¿Qué es la mente maravillada, pura y clara? Montañas, ríos, la gran tierra. Sol, luna, estrellas". Es bien sabido que esta "Antigua Virtud" se refiere al Maestro Isan Reiyû (771-853)
Podemos decir que el Zen es "la búsqueda del verdadero Ser", pero en el análisis final "la búsqueda del verdadero Ser" conduce a "la búsqueda de la Mente". Tomemos como ejemplo una función típica de la mente, sentirse feliz. ¿De dónde viene este "feliz"? Y cuando uno se siente feliz, ¿dónde está este "feliz"? Y cuando desaparece, ¿a dónde va? Debemos decir que estas preguntas son exactamente las preguntas dirigidas al "verdadero Ser".
Permitidme dar la respuesta en primer lugar. Cuando uno se siente feliz, eso es sólo "feliz" y nada más. No hay ningún sujeto que se sienta feliz. No hay ningún yo que se sienta feliz. Y por lo tanto, "de dónde vino" y "a dónde irá" son preguntas en sí mismas que no tienen ningún significado. O para decirlo más claramente: "feliz" es de donde vino, y "feliz" es a donde va. Como no hay nada más que feliz, hay que expresarlo así.
Cuando uno es feliz, no hay ningún yo que se sienta de esa manera. Cuando uno descubre este mundo, entonces queda claro que "feliz" es toda la existencia. Y, por supuesto, "feliz" es "montañas, ríos, la gran tierra, y sol, luna y estrellas". Y no solo "montañas, ríos, la gran tierra, sol, luna, estrellas", sino también escritorio, silla, el ordenador frente a mí, lápices, piso, techo... es decir, toda la existencia. Cuando se siente feliz, no hay ningún yo que se siente así; además, "feliz" es toda la existencia – ver a través de este preciso hecho significa haber descubierto que toda la existencia es al mismo tiempo una Nada-en-totalidad. De lo contrario, "feliz" no sería toda la existencia.
Cuanto más clara sea la experiencia de la desaparición del yo, tanto más se manifiesta, sin lugar a dudas, la claridad de este mundo. Cuando este mundo se vuelve totalmente claro —mis disculpas al Maestro Isan y al Maestro Dôgen— uno se da cuenta de que la descripción de esta realidad expresada en "La mente son montañas, ríos, la gran tierra y sol, luna y estrellas" no es exacta.
¿Por qué? Porque queda claro que esta cosa que se llama "mente" no existió desde el principio. Va en contra del hecho el decir que primero hay algo llamado "mente" que luego son montañas, ríos, tierra, y sol, luna, estrellas.
Entonces, ¿cuál es la expresión correcta? Reconociendo que ninguna expresión verbal puede transmitir este hecho con precisión, sigo diciendo que hay sentido en tratar de encontrar una expresión verbal adecuada. Esto se debe a que, al tratar de encontrar una expresión para este hecho, hay un poder que entra en juego, que vuelve la experiencia del mundo de este hecho aún más clara.
Primero, sustituyamos las palabras más concretas "feliz" o "triste" por el concepto abstracto "mente". "Feliz' son montañas, ríos, la gran tierra. ' Triste' es sol, luna, estrellas". Pero incluso con esta expresión, permanece la noción de que "feliz" y "triste" todavía existen en algún lugar. "Montañas, ríos, la gran tierra, eso es 'feliz'". "Sol, luna, estrellas, eso es 'triste'". Esta expresión se ciñe más al hecho.
Aquí siento que, como expresión del Hecho, las palabras del Maestro Chôsa Keishin (788-868), hermano en el Dharma del Maestro Jôshu, el sucesor de Nansen, son verdaderamente inigualables: "El mundo en las diez direcciones es mi cuerpo entero". Pero incluso aquí, para seguir jactándome, preferiría decir: "El mundo en las diez direcciones es todo mi cuerpo, toda mi mente". Y finalmente, incluso yendo más allá con mi audacia con respecto al proceso de practicar para aclarar aún más este mundo, permítanme probar otra expresión en la que omito las palabras, "La mente es", utilizadas por el Maestro Isan y el Maestro Dôgen, a saber: "Montañas, ríos, la gran tierra. Sol, luna, estrellas. Y no hay Nada en absoluto".
Sin embargo, no importa lo mucho que uno lo intente, las palabras de Shakyamuni transmitiendo el mundo del Hecho verdadero son, con mucho, las más convincentes: "Por encima y por debajo de los cielos sólo existo yo, solo y sublime".
(traducido por Mª Ángeles Herrán de la versión inglesa por Jerome Cusumano)